Código de Arístipo: el respeto es la clave del entendimiento mutuo

La persona moderna, propensa al individualismo, a menudo es indiferente a quienes la rodean. Centrarse en los propios intereses nos impide ver que hay personas que necesitan apoyo. En una situación en la que cada uno actúa por sí mismo, vemos como aumentan la agresividad, la intolerancia y la crueldad en la sociedad.

Entonces, ¿qué podemos hacer? Hay que recordar lo que decían los antiguos filósofos, en particular Arístipo de Cirene, que creó un código de 24 directrices.

  

Directriz II — RESPETO

 Sé bondadoso, amable y atento con otras personas.

Ser amable significa evitar cosas que puedan molestar a los demás.  Cuidar de otra persona incluye estar dispuesto a protegerla y ayudarla.

Reflexión filosófica

Veamos qué significa el concepto de «respeto». El respeto es una buena actitud hacia los demás, un reconocimiento de su importancia para nosotros y para el mundo. Reconocemos que cada persona es única e individual, que nos importa su visión del mundo, valoramos sus opiniones y nos interesan sus objetivos vitales.

Nuestros miedos no tienen nada que ver con el concepto de respeto. El sentimiento que genera el miedo a otra persona no corresponde a esta definición. Tampoco debe confundirse con la gratitud o el reconocimiento de los méritos de alguien. Todo gira en torno al principio de igualdad y a nuestra empatía.

Se respeta a alguien no por ningún mérito, sino simplemente porque se le considera un igual.

El papel del respeto en la sociedad y en los negocios

Sin respeto, nadie habría conocido el amor, y las diferentes culturas y religiones no podrían coexistir en el mismo mundo.

En la era actual, orientada a los negocios, la calidad de las relaciones entre las personas afecta a su capacidad para cooperar y alcanzar los objetivos establecidos.

Un jefe que amenaza constantemente a los empleados con multas y despidos, inspirará al personal miedo, no respeto.

Christine Porath, escritora y profesora de la Universidad de Georgetown, encuestó a más de 20 000 trabajadores de diferentes países. Los resultados del estudio mostraron que el respeto es un factor importante para mejorar la productividad, la creatividad y el estado emocional de los empleados.

Los subordinados que reciben un trato amable de la dirección se sienten mejor, disfrutan de su trabajo, están más atentos y trabajan con más ganas.

Un ejemplo claro 

En 2001, Douglas Conant se convirtió en director general de Campbell Soup Company, el mayor productor mundial de sopa enlatada. En ese momento, la empresa estaba en problemas: su valor de mercado se había reducido a la mitad, las ventas habían bajado y se había producido una serie de despidos.

Para elevar la moral de los empleados, Douglas se propuso crear una nueva cultura corporativa, el centro de la cual fue el respeto. A partir de entonces, el lema de la empresa fue: «Campbell valora a las personas. Las personas valoran a Campbell».

Douglas preparó un discurso para la alta dirección de la empresa en el que expuso su visión del desarrollo empresarial. El nuevo director general anunció que pensaba hacer de la honestidad y el respeto a las personas la base de su estrategia de gestión. Esto le dio a la compañía el impulso para la transformación necesaria y la salida de la crisis.

La base de las relaciones productivas

El sentimiento de respeto mutuo debe ser tratado como una reliquia sagrada. Por mucho que le haya costado conseguirlo, puede perderlo en cuestión de segundos por culpa de palabras, acciones y actos descuidados.

Una persona que está dispuesta a ayudar a los demás, que es amable y solidaria, que a menudo bromea y se ríe, tendrá más facilidad para ganarse el respeto de los demás.

Haga lo que haga, luche por lo que luche, recuerde las palabras del antiguo pensador Arístipo de Cirene:

 «Sé bondadoso, amable y atento con otras personas».

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