¿Es posible acabar con la desigualdad social?

 

¿Es posible acabar con la desigualdad social?

La desigualdad social es un fenómeno en el que las personas tienen un acceso desigual a los bienes materiales y sociales.

En el mundo moderno se manifiesta de muchas formas. Por ejemplo, las diferencias en la situación económica conducen a un acceso desigual a la educación. Los solicitantes de empleo se enfrentan a la discriminación por edad y género. Algunas personas sufren acoso por su orientación sexual, identidad racial o religión.

Hace tiempo que se reconoce que la desigualdad social es uno de los problemas globales de la humanidad. ¿Es posible erradicarla y lograr la igualdad de derechos y oportunidades para todos?


Las oportunidades no son iguales

Ningún Estado puede existir sin jerarquía. Presidente, empresario, profesor de escuela, cajero del supermercado... todos los papeles son importantes, pero sus representantes tienen distintos niveles de poder y bienestar económico.

Algunos partidarios de la idea de igualdad admiten la jerarquía bajo la condición de igualdad de oportunidades.

El filósofo político estadounidense Richard Arneson dijo: «Cuando prevalece la igualdad de oportunidades, la distribución de los puestos en la jerarquía viene determinada por alguna forma de proceso competitivo, y todos los miembros de la sociedad tienen derecho a competir en igualdad de condiciones».





A primera vista, este parece ser el caso de los países en los que no existe un sistema de castas. Los privilegios no se asignan por derecho de nacimiento, sino como resultado del propio trabajo. Pero, incluso en un sistema así es difícil hablar de justicia, porque el «comienzo» es diferente para cada uno y depende de la genética, el estado financiero de los padres, la influencia del entorno e incluso el territorio de residencia.

La única opción para lograr la plena igualdad sería separar a los niños de sus padres y educarlos en la comunidad. Esto garantizaría las mismas condiciones para todos. Sin embargo, esto no es conveniente porque perjudicaría psicológicamente a los niños. Además, implicaría renunciar a la libertad personal en favor de la igualdad, lo que resultaría no menos problemático.


¿Cómo resolver el problema de la desigualdad social?

Una de las opciones es cambiar el ángulo de visión. Aceptar que la desigualdad no es un problema, sino una característica de cualquier sociedad, y que es necesario no luchar contra ella, sino construir una vida armoniosa, teniendo en cuenta esta característica.

Lo que usted puede hacer personalmente:

  • no destaque las diferencias de estatus social. Aprecie a las personas por sus cualidades personales, no por su posición o el grosor de su cartera;
  • trate de ser comprensivo. Las personas de otra religión, orientación sexual, género, edad o estado de salud no son malas por definición, simplemente son diferentes. Cuando se es consciente de ello, es más fácil superar las barreras en la comunicación;
  • ayude a los necesitados. No se trata solo de ayuda material. A veces es mucho más importante proporcionar apoyo emocional.

Una sola persona no puede erradicar la desigualdad social a escala mundial, pero sí puede corregir la situación dentro de su entorno. Si desarrollamos la capacidad de comunicarnos con los demás como iguales y de entendernos, podremos deshacernos de los prejuicios y hacer nuestra vida más fácil y feliz.


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Igualdad de trato para todos: la fuente de su poder


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