Cortesía sin pretensiones: 10 signos

 

Cortesía sin pretensiones: 10 signos

La cortesía es algo más que la capacidad de contenerse cuando realmente quieres ser grosero con alguien. Una persona verdaderamente educada tiene una serie de cualidades que la distinguen de la multitud y causan una impresión favorable en quienes la rodean. No en vano Arístipo de Cirene dedicó una directriz especial a este tema en su Código filosófico moral.

Directriz IV: sé cortés y respeta la dignidad de otras personas.

Parece sencillo, pero esta breve frase lleva implícito todo un sistema de valores y hábitos de comportamiento.

¿En qué consiste el verdadero respeto hacia los demás? Los expertos en etiqueta destacan 10 principios que siguen las personas realmente corteses.

1. Decir siempre «gracias» y «por favor».

Los padres nos lo enseñan de pequeños, pero a menudo lo olvidamos cuando nos hacemos mayores. Las palabras «gracias» y «por favor» son esenciales para mantener un nivel elevado de cultura de la comunicación. Si la gente elimina estas palabras de su vocabulario cotidiano, habrá menos respeto mutuo, confianza y cordialidad en la sociedad. 

2. No tocar a otras personas sin su consentimiento

Se considera indecente tocar a alguien o violar el espacio personal de otra persona sin permiso previo. Por ejemplo, no a todo el mundo le gusta que de repente le den una palmadita en el hombro. La excepción es un apretón de manos con el que ambas partes quieren saludarse.

3. Estar dispuesto a admitir su error

Una persona educada no defenderá obstinadamente su posición si sabe que ha cometido un error. Asumirá la responsabilidad del error e intentará enmendarlo. «A algunas personas no les gusta admitir cuando se equivocan, pero en lugar de hacerles parecer inteligentes, les hace parecer arrogantes e ignorantes», dice Bonnie Tsai, experta en etiqueta.

4. No hacer preguntas de carácter personal

Las preguntas sobre la familia y la vida privada suelen provocar reacciones negativas. Si no conoce a la persona lo suficiente, o si cree que no está preparada para hablar de esos temas, es mejor no molestarla.

5. Mostrar atención

Las personas educadas intentan hacer que la persona con la que se comunican se sienta lo más cómoda posible. Cualquier detalle cuenta. Ya sea ofreciendo un vaso de agua o un cuaderno, ser atento mejora la comprensión mutua y crea lazos más rápidamente.

6. No interrumpir al interlocutor

Cualquier persona estará encantada de que la escuchen hasta el final y no la interrumpan. Aunque lo que diga su interlocutor le parezca completamente ridículo, espere a que termine de exponer sus ideas antes de presentar un contraargumento.

7. Obsérvese a sí mismo durante la conversación

El interlocutor reconocerá rápidamente la falta de sinceridad si sus palabras dicen una cosa y su cuerpo dice otra. Por ejemplo, usted está conversando con alguien y al mismo tiempo bosteza y busca algo en su móvil. Estas señales se percibirán como una falta de interés o una muestra de falta de respeto. Es importante mantener el contacto visual con el interlocutor y utilizar gestos y expresiones faciales para confirmar su interés en el diálogo.

8. Expresar desacuerdo sin emociones innecesarias

¿No está de acuerdo con alguien? Esto se puede decir con calma, sin levantar la voz, poner los ojos en blanco o gesticular salvajemente. Expresando desacuerdo, una persona educada no intenta ofender a su oponente ni ponerlo en ridículo.




9. No alegrarse de los fracasos de los demás

Para muchos, el error de alguien se convierte en una razón para regocijarse. Una persona educada nunca mostrará que se alegra de las dificultades de otra. Por el contrario, intentará animar y apoyar a quien se encuentre en una situación difícil.

10. Dar el mismo trato a todos

La cortesía no debe ser selectiva. Todas las personas merecen respeto, independientemente de su sexo, edad, raza o posición. Alguien que es lo más educado posible con sus compañeros y jefes y grosero con una dependienta no puede considerarse una persona educada. En la directriz IX Arístipo dice: «Sé capaz de estar en igualdad con otras personas y evitar enfatizar las diferencias de estatus social».

Al fin y al cabo, el respeto a los demás es un claro indicador de su dignidad personal y su fuerza de carácter. Sea una persona con la que a usted mismo le gustaría comunicarse, cooperar y resolver problemas importantes.


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