Las leyes de la lógica en nuestra vida

Desde que existe el mundo, se ha debatido mucho sobre ¿qué es más importante: la razón o las emociones? ¿Cómo elegir? Los poetas y científicos de diferentes países, épocas y pueblos defienden su posición. Pero nosotros proponemos ir directamente a la fuente: a la filosofía antigua.

Unos siglos antes de nuestra era, el gran filósofo griego Arístipo de Cirene, quien fundó su propia escuela filosófica, dejó a sus descendientes su Código. Está compuesto por 24 directrices para todas las ocasiones. Están formuladas de forma sencilla y clara, pues guiándose por ellas se puede alcanzar el éxito en cualquier campo. La directriz XXIII está dedicada a la consistencia y los principios racionales del pensamiento.

Directriz XXIII — CONSISTENCIA

 Sé capaz de pensar racionalmente y solo en términos de hechos y cifras.

El pensamiento racional, del que habla Arístipo, tiene unos atributos claros. El proceso de pensamiento tiene como objetivo encontrar respuestas, solucionar problemas y lograr objetivos. Se basa en inferencias lógicas. Pensar racionalmente significa:

• formular una idea (tesis) y demostrarla;

• usar argumentos en forma de cifras y hechos;

• analizar los pros y los contras antes de tomar una decisión definitiva;

• encontrar las razones de los acontecimientos y ser capaz de registrar las consecuencias;

• sacar conclusiones.

En la foto: el escritor alemán Lion Feuchtwanger: «La lógica es el dios de los pensadores».

La deducción de Sherlock Holmes

Un ejemplo clásico de pensamiento lógico es el método deductivo del famoso detective británico. Investigando cada crimen, reunía los hechos, los ordenaba en una determinada secuencia y llegaba a una conclusión de quién era el culpable. Este es el proceso de la prueba en acción.

Tal sistema de argumentos y hechos que prueban la validez de una inferencia puede ser útil en cualquier situación. Por ejemplo, usted propone una nueva idea en el trabajo y defiende su propio punto de vista. Explica las ventajas del proyecto, qué equipo lo llevará a cabo, el resultado previsto y el plazo de tiempo.

O bien, está preparando la presentación de un nuevo producto y su objetivo es justificar su atractivo para el mercado. Para ello también se necesitan pruebas, cifras y hechos: el análisis del mercado, la descripción del público objetivo y el perfil de los competidores.

En los negocios, la consistencia ayuda a encontrar soluciones, incluso en tiempos de crisis. Pero su ausencia a veces conlleva una pérdida de clientes y de beneficios. 

Los errores de lógica resultan caros

La ruptura de la cadena lógica suele suponer un gasto innecesario de esfuerzo y dinero para una marca. Por ejemplo, BIG, un conocido fabricante de maquinillas de afeitar, mecheros y bolígrafos, decidió ampliar su gama y empezar a fabricar ropa interior. Se asignó un presupuesto y se inició la producción.

Sin embargo, los clientes no entendieron la lógica y pusieron en duda que un fabricante de productos de plástico hiciera ropa interior de calidad, ya que eran tecnologías completamente diferentes. Y la propia BIG no supo transmitir su mensaje a los clientes. Un año después, esta dirección tuvo que cerrarse como no rentable.

Por el contrario, las campañas publicitarias basadas en la lógica tenían éxito. Una de las promociones más famosas de McDonald's fue «Sigue los arcos» (Follow the Arches). El objetivo de la campaña era dirigir a los automovilistas al restaurante de la cadena más cercano. Para ello, el reconocible logotipo rojo y amarillo se dividió en partes y se convirtió en señales de tráfico. Las inscripciones eran visibles y claras para los conductores: «A su izquierda», «Gire», «A su derecha», «Siguiente giro». Como resultado, el número de visitantes aumentó a medida que los responsables de marketing pensaban en la consistencia de las acciones. 

En la foto: la idea publicitaria comprensible para los consumidores ganó el Gran Premio del Festival «Cannes Lions».

Estos ejemplos ilustran perfectamente la directriz XXIII de Arístipo sobre la consistencia. Las palabras escritas en la lejana antigüedad siguen siendo relevantes en el siglo XXI. La filosofía antigua despierta el interés de nuestros contemporáneos. Las actitudes y reglas de conducta descritas por Arístipo se aplican tanto en los negocios como en la vida privada. La sabiduría antigua no pierde importancia y ayuda en una variedad de situaciones.

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