El arte de pedir perdón

La capacidad de ser magnánimo y perdonar errores a las personas es un rasgo de carácter brillante. Beneficia a una persona mientras crea a su alrededor una atmósfera de amistad y comprensión mutua.

Cuanto más egoísmo, desprecio e indiferencia haya en el mundo, más destacarán los individuos capaces de perdonar. Estas personas no se esconden detrás de un escudo de críticas, sino que reconocen el derecho de una persona a cometer un error y ofrecer ayuda en lugar de calumniar.

¿Quién es el mejor en perdonar?

El filósofo Arístipo de Cirene escribió las siguientes líneas: «Sé capaz de perdonar y comprender a las personas en situaciones en las que otros cometen errores».

Pero, ¿cómo se aprende a perdonar? Paradójicamente, es un arte que solo puede dominar quien sabe pedir perdón. Es poco probable que una persona que nunca admite sus propios errores pueda ser magnánima.

¿Cuándo debe pedir disculpas?

Estamos acostumbrados a pensar que siempre hacemos lo correcto, incluso si hacemos daño a los demás. Es difícil admitir que uno está equivocado, se percibe como una debilidad, un golpe al amor propio.

Pero en el fondo entendemos que lo que hemos hecho está mal y eso genera un gran malestar. Pedir perdón es un paso para deshacerse de las emociones negativas y restaurar las relaciones.

Debe disculparse si usted:

• ha roto una promesa;

• ha hecho daño a alguien;

• ha ofendido los sentimientos de otra persona;

• ha causado daños a la propiedad de otra persona;

• ha llega tarde a una reunión importante.

¿Qué debería hacer antes de pedir perdón?

Antes de disculparse, debe responder usted mismo a tres preguntas:

1. ¿Realmente tiene la culpa?

2. ¿Se arrepiente de lo ocurrido?

3. ¿Está dispuesto a hacer todo lo posible para no repetir el error?

Si no se siente culpable o arrepentido, probablemente no sea necesario que se disculpe. Pedir perdón de forma poco sincera dañará la autoestima y la confianza en uno mismo.

¿Cuál es la forma correcta de disculparse?

Los investigadores de la Universidad Estatal de Ohio y la Universidad de Kentucky Oriental han identificado seis etapas de la disculpa perfecta:

1. Expresar arrepentimiento.

2. Explicar los motivos de sus acciones.

3. Admitir la culpa.

4. Arrepentirse.

5. Sugerir una forma de resolver el conflicto.

6. Pedir perdón.

El tercer punto se considera el principal. Es difícil para las personas reconocer los errores cometidos, pero esto es exactamente lo que la parte afectada desea escuchar en primer lugar.

Sin embargo, no debe dejarse llevar por la explicación de las razones, de lo contrario, parecerá una excusa banal.

Se recomienda pedir perdón en privado, lejos de miradas y oídos indiscretos. Lo principal es no apresurarse. Deje que las emociones disminuyan después del conflicto para no decir más de lo debido.

¿Qué reglas sería deseable seguir?

1. Sea sincero. Las disculpas falsas son muy fáciles de detectar y solo empeorarán el conflicto.

2. No invente excusas. Reconozca que ha cometido un error.

3. No trate de transferir la responsabilidad a otra persona. Incluso si hay varios culpables, no se lo recuerde a la persona a la que pide disculpas.

4. No se haga la víctima. No hable de cómo sufre por lo que ha hecho. Lo más importante ahora son los sentimientos de la persona ofendida, no los tuyos.

5. No ejerza presión sobre el interlocutor, suplicando perdón. Olvídese de expresiones como: «¡Cuántas veces más tengo que disculparme contigo!» Dele a la persona tiempo para reflexionar.

6. Acompañe las palabras con hechos. Corrija lo que ha hecho. Muéstrele a la persona cuán dramáticamente ha cambiado su comportamiento.

Recuerde: pedir perdón no es un indicador de debilidad. Por el contrario, es una manifestación de fuerza de carácter. Solo una persona madura y autosuficiente puede reconocer honestamente sus errores, responder dignamente por las acciones y, sin sombra de hipocresía, decir: «Perdóname, por favor».

Lea también el artículo:

Código de Arístipo: la filosofía del perdón